Cuenca Hidrográficas como unidad geográfica de ordenamiento territorial

Metodología de gestión de cuencas y la degradación de tierras:

Para utilizar apropiadamente las tierras en una cuenca, es necesario definir criterios (capacidad de uso de la tierra) sobre límites de uso de cada tipo de tierra. La capacidad de uso se refiere a la intensidad máxima de uso a la que puede someterse un tipo de tierra, para establecer una agricultura permanente, en la cual el suelo, que es la base, no sufra daños por erosión o degradación.

Durante la etapa de planificación de un proyecto de cuencas, es indispensable aplicar criterios para clasificar todas las tierras según esa capacidad de uso. Sin esta clasificación, será muy difícil conocer  los sitios y el grado de mal uso de la tierra, cuando se compara con el uso actual. Para proponer planes de trabajo para un manejo adecuado de cuencas, se requiere contar con datos detallados de sobreuso, subuso y las necesidades mismas de conservación. Por supuesto, los planes de trabajo que se propongan deben orientarse a revertir las malas prácticas de utilización de las tierras, no sólo para hacer un uso racional de las mismas, sino también para mejorar la situación socioeconómica de sus habitantes.

Por ello, las etapas a seguir metodológicamente para la correcta planificación y manejo a nivel de cuencas son las siguientes:

Diagnóstico biofísico, ambiental y socioeconómico que permita determinar el grado y formas de sobreuso de la tierra en una cuenca (deforestación, uso inapropiado de la tierra, deterioro o pérdida de recursos naturales, aumento del riesgo de amenazas naturales, erosión) y la afectación socioeconómica que esa degradación está produciendo (disminución de la productividad agropecuaria, disminución de las posibilidades de empleo, aumento de la pobreza social y la exclusión social, deterioro de la calidad de vida).

1. Con los estudios de diagnóstico, deberá llevarse luego a cabo una planificación del uso correcto de la tierra en la cuenca (ordenamiento territorial), para concentrar los esfuerzos restauradores en las áreas mal utilizadas, y definir al mismo tiempo las prácticas de manejo y conservación más apropiadas a cada tipo de tierra, según el uso recomendado.

2. Después de realizada esta planificación, se procede a la propuesta de soluciones específicas para afrontar la problemática de la cuenca, a través del diseño selectivo de proyectos complementarios, en las siguientes áreas:

  1. Proyectos agropecuarios
  2. Proyectos forestales.
  3. Proyectos de producción alternativa.

3. Desde la etapa de diagnóstico, se debe involucrar a las comunidades locales, para que sean ellas las que se involucren en el proyecto y aporten sus experiencias locales en la solución de sus problemas.

4. Al mismo tiempo, el diseño de los proyectos productivos y ambientales deberá construirse con plena participación de las comunidades, en donde las agencias gubernamentales participantes deben actuar como facilitadores y orientadores de esos procesos, además de prestar la asistencia técnica requerida y facilitar los recursos operativos necesarios.

5.   Es de primordial importancia definir en cada proyecto indicadores de evaluación y los medios de verificación,.

6. En este sentido, es recomendable la integración y representación de los beneficiarios en un comité (Comité de Área de Conservación de Suelos o Comité de Cuenca).

7. Selección de áreas demostrativas.

En la figura siguiente se establece un esquema metodológico para la gestión en cuencas, el diseño de acciones remediales y la formulación de los proyectos correspondientes, las cuales se integran fundamentalmente en los tres aspectos siguientes:

  • Planificación del uso correcto de la tierra
  • Planificación de agricultura conservacionista
  • Planificación para la sostenibilidad

 

Metodología para la gestión de cuencas

Esquema metodológico CADETI

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